Por qué tener tu propia web

por | 26 septiembre 2016

Por qué tener tu propia web

por 26 Sep 2016Diseño Web

Una duda habitual cuando comienzas tu estrategia en Internet es la de si tener tu propio sitio web o si bastará con tener, por ejemplo, una página de empresa (o perfil personal!) en Facebook.

Naturalmente es una duda muy razonable, vista la importancia que hoy día tienen las susodichas. No hay más que pensar en el bombardeo constante que padecemos con que «todo el mundo está en Facebook«, «las redes sociales han crecido un X%» o «como no tengas presencia en las redes sociales vas a morir cienes y cienes de veces«.

Y el caso es que realmente hay que aprovechar las redes sociales como forma de llegar a tus potenciales clientes, pero debemos usarlas como una parte de nuestra estrategia y no como nuestro único recurso.

Aunque algunos pequeños nichos y negocios puedan vivir de prestado en Facebook, YouTube, eBay y Amazon, cualquier estrategia ganadora pasa obligatoriamente por tener tu propia web además de moverse por estas redes.

Digamos que tu sitio web será tu «Base de Operaciones», donde cuidar tu imagen de marca, centralizar tu información corporativa y realizar el paso final de la venta de tus productos o servicios.

Pero veamos cuatro razones concretas por las que es conveniente tener tu propio sitio web:

1. Control y propiedad de tu marca y contenidos

Si usas tu propio sitio web como base para tu marca, eres tú quien decide tu estrategia de marketing, eligiendo en qué redes sociales y de qué forma vas a promocionarte, cuales son tus productos y servicios, precios, formas de pago, etc. Vivirás en tu propia casa y todo lo que contenga será de tu propiedad.

Si por el contrario tu base de operaciones es, por ejemplo, una fanpage en Facebook, vivirás como invitado en casa de Facebook, y serán los de Facebook los que acaben determinando lo que debes hacer, cuándo y cómo, te guste o no. A fin de cuentas Facebook es SU negocio, no el tuyo.

Voy a ser MUY pesado en este punto, pero es que es crucial comprender la profundidad del problema.

La red social de turno podría decidir, y pasa a diario, que tal tipo de producto o servicio no les parece bien por «políticas de empresa», o cualquier sistema automático puede decidir, por error, que una de tus imágenes incluye contenido no apropiado, o que la actividad de tu cuenta le parece sospechosa y suspenderla temporalmente hasta que aportes tal o cual documentación. Y tu negocio mientras, parado.

Todos esos ‘likes’ y seguidores que has conseguido con tanto esfuerzo… no son tuyos, son de la red social.

Además hay que pensar a largo plazo: la red social en la que tienes tu centro de operaciones pasará de moda o desaparecerá algún día. ¿Has oído hablar de Geocities o MySpace? ¿No te suenan siquiera? Pues no hace tanto eran un fenómeno tan grande dentro de Internet como Facebook lo es ahora y fíjate, ya no existen.

Innumerables comunidades online y negocios tuvieron que aprender por las malas que estaban de prestado; que el anfitrión decidió vender la casa, que ellos no tenían ni voz ni voto. Y que para colmo, todo el contenido que habían generado (conversaciones en foros, artículos, fotos…) iba sencillamente a desaparecer.

Pero teniendo tu propia web habrás creado todo ese contenido en ella y seguirá ahí mientras quieras. Simplemente usarás la siguiente red social que se ponga de moda para moverlo de nuevo y atraer clientes.

2. Credibilidad

A tus potenciales clientes les transmitirá mucha más seguridad el que la empresa tenga su propia página con información detallada y estructurada, datos legales, formas de contacto, etc., que el hecho de tener una simple fanpage.

Es algo parecido a lo que nos pasa con los negocios con local físico que puedes visitar; parece que dan más seguridad, más sensación de solidez. Luego responderán a esa sensación o no, pero ese es otro tema.

3. Estructuración de la información

En una fanpage (y no hablemos de Twitter) te tienes que adaptar a la estructura que los diseñadores de la red social han pensado para exponer tu información y productos, que además generalmente está concebida para reflejar una sucesión de acontecimientos que ocurren en el tiempo y no una jerarquía de información productos o servicios.

En tu propia web puedes disponer mejor quién eres, qué haces, qué vendes y cómo contactar contigo, etc.

4. Visibilidad en Internet

Parece una tontería, pero por muy grande que te parezcan Facebook, Twitter o Amazon, son sólo una pequeña parte de Internet. ¿Por qué despreciar al resto del público? La inmensa mayoría de la gente usa los buscadores (principalmente Google en nuestro entorno, claro) pero no todo el mundo tiene cuenta en la red social que hayas elegido, así que ¿porqué ponerles barreras de entrada adicionales?

Déjate ver a más público y permíteles que sean clientes tuyos, aunque no tengan cuenta de Facebook o de Twitter, pobrecillos… Si es por su bien ;P

Resumiendo

La mejor práctica a día de hoy es tener un sitio web tuyo e independiente al que diriges el tráfico que captas en las redes sociales mediante la «conversación» con tu público, de forma que tanto el núcleo de tu negocio (donde vendes) como los contenidos que generas para conseguir estas ventas estén siempre bajo tu completo control.

P.S.: ¿No te acabas de convencer? Aquí tienes un pequeño ejercicio práctico para pensar: busca cualquier youtuber famoso y verás que, además de su canal en Youtube (que es lo que les da dinero), su fanpage y su twitter, todos tienen su propia web a la que también intentan atraer visitantes. Interesante, ¿no?